Problemas de piel en invierno
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En condiciones normales, la piel sana del caballo actúa de barrera protectora impidiendo la entrada de los diferentes microorganismos. Sin embargo, existen factores ambientales tales como la alta humedad ambiental, el frío, el barro, las camas sucias y los boxes poco ventilados y calurosos que favorecen la aparición de patologías dérmicas.
Ciertos factores genéticos predisponen más a unas razas que a otras a padecer arestines. Los caballos con pelo blanco en la parte inferior de las extremidades, por ejemplo, son más propensos a padecerlos.
La patología empieza como una leve dermatitis, se observa irritación en los pliegues de las cuartillas, mostrándose la zona dolorida, sensible, enrojecida y caliente. Cuando el daño en la piel es alto, se visualiza ablandamiento de la piel y heridas abiertas, luego se percibe la pérdida de pelo, inflamación y la presencia de costras. Si la dolencia sigue avanzando, aparecen exudados que provocan infecciones y profundas grietas en las zonas afectadas. Estas fases son molestas y dolorosas para el caballo y pueden llegar a provocar cojera.
Para esta patología, la mejor cura es la prevención. Para poder llevarla a cabo debe haber una rutina diaria y sistemática, como lavar las extremidades con jabón y agua y secarlas debidamente con una toalla.
LA SOLUCIÓN A LOS ARESTINES
No obstante, en periodos de invierno, a veces es complicado evitar que los arestines aparezcan. En estos casos es importante minimizar el contacto con el barro, el agua y la suciedad en general. Además, proporcionar un tratamiento adecuado puede ser útil para mejorar y curar los síntomas.
PODODERMATITIS O “RANILLAS PODRIDAS”
Limpiar los cascos del caballo al menos una vez al día y ejercitarlo pueden ayudar a prevenir o eliminar las ranillas podridas. No obstante, también es importante evitar, en la medida de lo posible, los ambientes sucios y húmedos.
CASCOS BLANDOS
Por lo tanto, aunque tener los cascos bien hidratados es importante, debemos evitar, en la medida de lo posible, que nuestro caballo esté mucho tiempo inmerso en barro, sitios húmedos y/o sucios para poder tener unos cascos sanos. El ejercicio frecuente también es importante para mantener la biomecánica normal de sus estructuras.